Laparoscopia

Gracias a los programas de detección precoz del cáncer de próstata, cada vez se diagnostican con más frecuencia tumores en fases iniciales. Uno de los posibles tratamientos es la cirugía, en la que se extirpa por completo la próstata. Actualmente, además de curar este cáncer es importante proporcionar una buena calidad de vida a nuestros pacientes, por eso desde esta consulta se ofrece una amplia experiencia en las técnicas quirúrgicas más avanzadas laparoscópicas, que permiten disminuir las posibles secuelas posteriores sin comprometer la curación del tumor.

La cirugía más frecuente es la prostatectomía radical que se suele realizar ante la presencia de un tumor en la próstata. También es posible realizar adenomectomías laparoscópicas, que se realizan ante un crecimiento benigno de la próstata que produce síntomas.

Es una cirugía en la que se extirpa por completo la próstata y las vesículas seminales y parte de los conductos deferentes.

Posteriormente se une la vejiga a la uretra en la zona del esfínter urinario.

En manos de un cirujano experimentado en laparoscopia, este abordaje permite una recuperación más precoz del paciente, con menos dolor, menos días de sonda, y con una menor tasa de sangrado. Además, dado que la laparoscopia otorga una mejor visión de las diferentes estructuras, permite una cirugía más fina y precisa, con posteriores resultados muy satisfactorios, tanto desde el punto de vista de control del tumor, como en continencia de orina y mantenimiento de la función sexual.

Dependiendo del tipo de tumor, a veces junto con la extirpación de la próstata es necesario asociar la extirpación de los ganglios de la zona (que se denomina linfadenectomía). Además, se puede realizar técnicas en las que se preserven los nervios que rodean la próstata (técnica de preservación de bandeletas neurovasculares), lo que permite mantener una buena función sexual y una adecuada continencia en un número considerable de casos.

Las secuelas más frecuente que pueden aparecer son la incontinencia y problemas de erección.

Sí. Con una técnica quirúrgica adecuada, un estudio completo previo a la cirugía y un adecuado programa de rehabilitación sexual y de suelo pélvico, y un abordaje global de la situación del paciente es posible prevenir, tratar y solucionar gran parte de los casos.