Enfermedades prostáticas

Son enfermedades prostáticas que se caracterizan por un cuadro, a veces de mucho tiempo de evolución, de dolor y molestias en la zona del pubis asociadas a molestias con la micción y con la actividad sexual, y que frecuentemente pueden dar también síntomas en el pene, testículos y en la zona alrededor del ano. Suelen ser problemas que empeoran mucho la calidad de vida de los enfermos que la sufren y que generalmente son mal comprendidos por sus médicos habituales. Por eso desde esta Unidad de Próstata se ofrece una amplia experiencia en el manejo de esta enfermedad con un enfoque integral y avanzado de estos problemas, tratando la enfermedad desde varios frentes para conseguir que nuestros pacientes recuperen de nuevo una vida normal.

Es una inflamación de la próstata de rápida aparición generalmente secundaria a una infección. Puede provocar dolor intenso al orinar, dificultad y enlentecimiento del chorro, fiebre elevada y mal estado general. Si no se controla adecuadamente, esta infección puede progresar a una orquiepididimitis, es decir una infección del epidídimo y del testículo. Suelen responder de forma adecuada al tratamiento antibiótico.

Es el término clásico usado para denominar un cuadro de dolor y molestias de meses o años de evolución en la zona del pubis, pene, testículos y alrededor del ano, acompañados generalmente de molestias con la micción o con la actividad sexual. Este término se usó inicialmente porque se pensaba que el origen de estos problemas era una inflamación de la próstata. Sin embargo, ahora sabemos que es mucho más complejo y que otros órganos aparte de la próstata están implicados, por lo que tiende a usar el término de dolor pélvico crónico que define mejor esta enfermedad.

En este tipo de dolor se pueden ver afectados otros órganos como el pene, los testículos, los músculos de la pelvis, la vejiga, la uretra o incluso el intestino. No hay dos casos iguales y no en todos los hombres están afectados todos los órganos ni de igual manera. Es por eso muy importante personalizar el estudio, manejo y tratamiento de cada caso.

Es variada y rara vez es única. Pueden confluir diversas causas (infecciones, estrés, alteraciones en la esfera sexual, problemas urinarios, musculares o intestinales,…) y la combinación de todas estas alteraciones es lo que provoca el cuadro. Como se ha comentado previamente, no hay dos casos iguales y es fundamental el personalizar cada caso, y, como se hace en esta Unidad de Próstata, dedicar el tiempo necesario para llegar a entender los distintos componentes de este cuadro.

Dependiendo de los órganos afectados, se deben realizar pruebas específicas orientadas a detectar posibles causas solucionables. Así el estudio puede incluir diversas analíticas de sangre y de orina, un cultivo de orina, citologías urinarias, una flujometría (prueba para determinar la fuerza del chorro miccional), una uretroscopia (técnica para ver estrecheces o alteraciones de la uretra), una cistoscopia (técnica en la que se visualiza la vejiga y posibles alteraciones o tumores en su interior), ecografías externas, ecografías transrectales (con un ecógrafo especial que permite ver de forma más precisa la próstata), o estudios urodinámicos (prueba en la que se analiza el funcionamiento y coordinación de los distintos elementos que intervienen en la micción). De todas formas, las pruebas a realizar son personalizadas y se deben solicitar tras dedicar el tiempo necesario en realizar un análisis completo del caso en la consulta.

Sí. Con el estudio adecuado que nos permita detectar cuál es la causa o causas que están provocando que esas molestias se mantengan en el tiempo, es posible realizar un tratamiento dirigido que logra, en la mayoría de los casos, mejorar y controlar las molestias que provoca esta enfermedad y que los hombres que la padecen puedan volver a tener una vida normal.