Laparoscopia

La laparoscopia es un tipo de abordaje quirúrgico, es decir, una manera de realizar una cirugía. Consiste en realizar la intervención mediante una cámara, a través de pequeñas incisiones en la piel y usando instrumentos tales como tijeras, pinzas, etc. , especialmente diseñados para esta técnica.

Se considera una técnica mínimamente invasiva, es decir, que causa menos “daño” que la técnica quirúrgica habitual en las que las incisiones son mayores. Esto se traduce en una recuperación más rápida y menos dolorosa. Además, al usar un cámara de alta definición con varios aumentos, la cirugía se puede realizar de forma más precisa, por lo que, en manos de cirujanos expertos en esta técnica, ofrece mejores resultados y un menor sangrado, con la consiguiente menor necesidad de transfusiones.

Prácticamente la casi totalidad de las cirugías no endoscópicas de próstata, vejiga, riñón, uréter y glándula suprarrenal se pueden realizar por laparoscopia.

Hay un error muy extendido en el que el peso de los resultados se pone en la tecnología, y esto es una equivocación. La laparoscopia, aunque es una tecnología más fina y precisa, es también una técnica más difícil de dominar que las técnicas habituales. Por tanto, la cirugía laparoscópica sólo será capaz de ofrecer todas sus ventajas y el máximo beneficio a los pacientes en manos de un cirujano experto en esta técnica, como es el caso del Dr. Rosino que ha realizado cientos de intervenciones con esta técnica y es profesor en uno de los centros más prestigiosos en Europa para el aprendizaje en laparoscopia.