Oncología – Cánceres urológicos

El cáncer de testículo representa el 1% de todos los cánceres en varones con entre 3 y 10 nuevos casos cada 100.000 hombres al año. Es más frecuente en los países desarrollados y se suele dar en edades relativamente jóvenes, siendo más frecuente entre los 20 y los 40 años. El manejo de este tumor tiene principalmente 2 objetivos; por un lado la curación del tumor intentando preservar en la medida de lo posible tanto la fertilidad como la función hormonal de los testículos, y por otro, en hombres con mayor riesgo de padecer este tumor, establecer protocolos de vigilancia para detectar de forma precoz y en fases curables este tumor. Desde esta consulta se ofrece la amplia experiencia obtenida al dirigir una de las pocas unidades que tienen en marcha un programa de detección precoz de cáncer de testículo.

En fases iniciales, el único hallazgo es la presencia de un aumento de tamaño de un testículo, que se puede acompañar de dolor en la zona o ser completamente asintomático. En fases más avanzadas se pueden presentar dolor en el flanco o incluso palparse masas en diversas partes del cuerpo.

El diagnóstico se suele sospechar mediante la exploración del testículo y se suele confirmar mediante una ecografía. Un análisis de sangre para determinar los niveles de marcadores de tumor testicular suele completar la evaluación. Para valorar la extensión del tumor y si éste afecta a otras partes del organismo, suele ser necesario un TAC que incluya el tórax, la pelvis y el abdomen.

El tratamiento inicial es la extirpación del testículo afectado. Si el tumor sólo está localizado en esa zona, suele ser curativa. Si el tumor afecta otros órganos fuera del testículo, se suele necesitar quimioterapia complementaria e incluso nuevas cirugías si la respuesta a este último tratamiento no ha sido completa.

Tienen un mayor riesgo de padecer un tumor de testículos aquellos hombres que presentasen criptorquidia, es decir, que al nacer los testículos no hubiesen descendido completamente a la bolsa. También aquellos hombres que tienen familiares con cáncer de testículo y los que tienen problemas de fertilidad.

En hombres que se considera que están en riesgo de padecer este tumor se recomienda incluirlos en un protocolo de seguimiento dirigido por un urólogo para realizar un diagnóstico precoz y así poder curar esta enfermedad con el menor número de secuelas asociadas.